A medida que se desarrolla el nuevo año, trae consigo nuevas posibilidades para reflexionar, renovar y volver a comprometernos con nuestro llamado como personas de fe. Para las comunidades de fe, este es un momento ideal para abrazar el llamado a “Ser el Shalom”, para encarnar la visión de Dios de paz, justicia y plenitud en todos los aspectos de nuestras vidas y ministerios.
El llamado a “vivir en el Shalom” es una profunda invitación a encarnar la paz y la justicia de Dios en cada rincón de nuestras vidas. Shalom no es solo un ideal; Es una forma de vida que transforma nuestras relaciones, nuestras comunidades y nuestras actividades diarias. A medida que abrazamos esta visión, encontramos oportunidades para vivir en shalom en los lugares donde adoramos, jugamos, aprendemos y vivimos.
El profeta Miqueas nos recuerda este llamado:
“Él te ha dicho, oh mortal, lo que es bueno; ¿Y qué pide el Señor de vosotros, sino que hagáis justicia, que améis la misericordia y que andéis humildemente ante vuestro Dios?” (Miqueas 6:8).
La energía del nuevo año a menudo inspira a las congregaciones a reunirse, soñar y planificar para el año que comienza. Esta es una oportunidad sagrada para hacer preguntas significativas:
– ¿Cómo seremos una fuente de paz en nuestra comunidad este año?
– ¿Qué injusticias a nuestro alrededor necesitan nuestra atención y acción?
– ¿De qué maneras podemos fortalecer las relaciones dentro y fuera de nuestra familia de la iglesia?
Shalom en Nuestra Adoración
Nuestros lugares de culto son fundamentales para vivir el shalom. La adoración es donde nos reunimos para encontrarnos con Dios y con los demás, basándonos en las prácticas de la paz y la justicia.
Reconciliación en la mesa: Al partir el pan juntos, recordamos el sacrificio de Cristo y nos comprometemos a llevar vidas marcadas por la reconciliación y la gracia.
Oraciones por la Paz: La adoración es un espacio para elevar las necesidades del mundo, intercediendo por la justicia, la sanación y la restauración en nuestras comunidades.
Espacios inclusivos: Shalom nos llama a dar la bienvenida a todas las personas a nuestro culto, reflejando la hospitalidad radical de Dios.
Shalom en el don del descanso gozoso
La alegría es un regalo, la creatividad y la conexión de Dios. Es un aspecto esencial del shalom, que nos recuerda la vida abundante que Dios desea para nosotros.
Construcción de comunidad: Los juegos, las celebraciones y las actividades recreativas pueden convertirse en espacios donde florecen las relaciones y se rompen las barreras.
Descanso y renovación: El juego es un recordatorio del ritmo del sábado, la invitación de Dios a descansar y deleitarse en la creación.
Participación pacífica: Los deportes y las actividades grupales pueden modelar el respeto, el trabajo en equipo y el juego limpio, fomentando un espíritu de cuidado mutuo.
Shalom en nuestro aprendizaje
El aprendizaje es un viaje que dura toda la vida y que da forma a la forma en que nos relacionamos con el mundo. Shalom nos invita a buscar el conocimiento que fomenta la comprensión, la compasión y la justicia.
Formación en la fe: Las clases de escuela dominical, los estudios bíblicos y los grupos pequeños brindan oportunidades para explorar cómo la paz de Dios se entreteje en las Escrituras y en nuestras vidas.
Educación para la justicia: Los talleres y las discusiones pueden profundizar nuestra conciencia de las injusticias sistémicas y equiparnos para responder fielmente.
Sabiduría intergeneracional: Aprender unos de otros, a través de generaciones y culturas, refleja la riqueza de la diversa familia de Dios.
Shalom en nuestra vida
La vida cotidiana es la etapa definitiva para vivir el shalom. Es en nuestros hogares, lugares de trabajo y vecindarios donde la paz de Dios puede brillar más intensamente.
Bondad en acción: Los pequeños actos de bondad (compartir una comida, ayudar a un vecino u ofrecer un oído atento) se convierten en poderosas expresiones de shalom.
Abogando por la justicia: Shalom nos llama a abordar las fallas en nuestros sistemas, trabajando por políticas y prácticas que promuevan la equidad y la justicia.
Cultivar la comunidad: Construir relaciones con los vecinos y crear espacios de pertenencia refleja la visión de Dios de la integridad.
Una vida de Shalom
Vivir en shalom es dejar que la paz de Dios infunda cada aspecto de lo que somos y lo que hacemos. Ya sea que estemos adorando en el santuario, jugando en el parque, aprendiendo en el aula o simplemente llevando a cabo nuestras rutinas diarias, estamos llamados a ser agentes de paz y justicia.
Como nos recuerda Miqueas 6:8, vivir en shalom no se trata de grandes gestos, sino de actos fieles y cotidianos de justicia, bondad y humildad. Juntos, podemos reflejar la integridad de Dios en nuestras comunidades y más allá.
-Sandra Montes-Martinez, Ministra asociado de la conferencia de WDC (con sede en Texas)
Living into the Shalom: Just Peace
As the new year unfolds, it brings with it fresh possibilities to reflect, renew, and recommit to our calling as people of faith. For communities of faith, this is an ideal moment to embrace the call to “Be the Shalom”—to embody God’s vision of peace, justice, and wholeness in every aspect of our lives and ministries.
The call to “living into the Shalom” is a profound invitation to embody God’s peace and justice in every corner of our lives. Shalom is not just an ideal; it is a way of living that transforms our relationships, our communities, and our daily activities. As we embrace this vision, we find opportunities to live in shalom in the places where we worship, play, learn, and live.
The prophet Micah reminds us of this call:
“He has told you, O mortal, what is good; and what does the Lord require of you but to do justice, and to love kindness, and to walk humbly with your God” (Micah 6:8, NRSV).
The energy of the new year often inspires congregations to gather, dream, and plan for the year ahead. This is a sacred opportunity to ask meaningful questions:
-How will we be a source of peace in our community this year?
-What injustices around us need our attention and action?
-In what ways can we strengthen relationships within and beyond our church family?
Shalom in Our Worship
Our places of worship are foundational to living out shalom. Worship is where we come together to encounter God and one another, grounding ourselves in the practices of peace and justice.
Reconciliation at the Table: As we break bread together, we remember Christ’s sacrifice and commit to lives marked by reconciliation and grace.
Prayers for Peace: Worship is a space to lift up the needs of the world, interceding for justice, healing, and restoration in our communities.
Inclusive Spaces: Shalom calls us to welcome all people into our worship, reflecting the radical hospitality of God.
Shalom in the Gift of Joyful Rest
Joy is a God’s gift, creativity, and connection. It is an essential aspect of shalom, reminding us of the abundant life God desires for us.
Community Building: Games, celebrations, and recreational activities can become spaces where relationships flourish and barriers are broken down.
Rest and Renewal: Play is a reminder of the Sabbath rhythm—God’s invitation to rest and delight in creation.
Peaceful Engagement: Sports and group activities can model respect, teamwork, and fair play, fostering a spirit of mutual care.
Shalom in Our Learning
Learning is a lifelong journey that shapes how we engage with the world. Shalom invites us to pursue knowledge that builds understanding, compassion, and justice.
Faith Formation: Sunday school classes, Bible studies, and small groups provide opportunities to explore how God’s peace is woven into Scripture and our lives.
Justice Education: Workshops and discussions can deepen our awareness of systemic injustices and equip us to respond faithfully.
Intergenerational Wisdom: Learning from one another, across generations and cultures, reflects the richness of God’s diverse family.
Shalom in Our Living
Everyday life is the ultimate stage for living out shalom. It is in our homes, workplaces, and neighborhoods that God’s peace can shine most brightly.
Kindness in Action: Small acts of kindness—sharing a meal, helping a neighbor, or offering a listening ear—become powerful expressions of shalom.
Advocating for Justice: Shalom calls us to address the brokenness in our systems, working for policies and practices that promote equity and fairness.
Cultivating Community: Building relationships with neighbors and creating spaces of belonging reflects God’s vision of wholeness.
A Life of Shalom
To live into shalom is to let God’s peace infuse every aspect of who we are and what we do. Whether we are worshiping in the sanctuary, playing in the park, learning in the classroom, or simply going about our daily routines, we are called to be agents of peace and justice.
As Micah 6:8 reminds us, living into shalom is not about grand gestures but about faithful, everyday acts of justice, kindness, and humility. Together, we can reflect God’s wholeness in our communities and beyond.
-Sandra Montes-Martinez, WDC Associate Conference Minister (TX-Based)