Last week WDC staff members gathered at Camp Mennoscah for our annual staff retreat. This was a time to reflect on WDC’s mission, share updates about current initiatives, and vision for the future…and we set aside some time to do a service project for Camp Mennoscah!
Since it was January, we requested indoor tasks (in contrast to the outdoor project of picking up and hauling branches that we did at our staff retreat last Spring).
This time, one of our assigned projects was to move everything (meaning every single object touching the floor) out of the Buffalo Room into the adjacent dining hall, to make way for carpet-cleaning in Buffalo Room before Scrap-Booking Retreat and other upcoming activities.
I must admit that, as we surveyed the room full of overstuffed couches, book-cases, folding tables, stacks of chairs, and musical equipment (including a piano, drum set, amplifiers and guitar!) I was skeptical about accomplishing what seemed like a monumental task.
But, as usual, the WDC staff stepped up and figured out a way forward! Together, we deliberated creative solutions and debated possible ways to maneuver large, heavy objects. Together we lifted, slid, or rolled awkward pieces of furniture. Together we braved dust, dead spiders, and debris…until the room was empty and ready for carpet-cleaning!
Reflecting afterwards, I observed that each person offered different but complementary gifts, skills and abilities. We experimented and considered various perspectives along the way. We focused on common challenges and goals rather than allowing our differences or debates to get in the way of progress. And we seasoned our work with patience, kindness, understanding and laughter. Of course, by the end there were some pinched fingers, sore arms, and dirty clothes. But there was also a sense of accomplishment, camaraderie from shared purpose, and the joy of supporting Camp Mennoscah’s ministry.
In a similar way, the church (including WDC and its congregations) has ambitious goals and faces big challenges. We know that answering God’s call and joining God’s work is not always easy and the way forward is not immediately obvious. In the midst of this, may we work together as we recognize our shared mission, creatively consider multiple perspectives, and compassionately care for one another.
Ephesians 4 reminds us to “…lead a life worthy of the calling to which you have been called, with all humility and gentleness, with patience, bearing with one another in love, making every effort to maintain the unity of the Spirit in the bond of peace. There is one body and one Spirit, just as you were called to the one hope of your calling, one Lord, one faith, one baptism, one God and Father of all, who is above all and through all and in all. But each of us was given grace according to the measure of Christ’s gift… to equip the saints for the work of ministry, for building up the body of Christ… Speaking the truth in love, we must grow up in every way into him who is the head, into Christ, from whom the whole body, joined and knit together by every ligament with which it is equipped, as each part is working properly promotes the body’s growth in building itself up in love. (excerpts from Ephesians 4)
May it be so. One, two, three… lift!
-Heidi Regier Kreider, WDC Conference Minister
Uno, dos, tres… ¡Levanta!
La semana pasada, los miembros del personal de WDC se reunieron en Camp Mennoscah para nuestro retiro anual de personal. Este fue un momento para reflexionar sobre la misión de WDC, compartir actualizaciones sobre las iniciativas actuales y la visión para el futuro… ¡y reservamos algo de tiempo para hacer un proyecto de servicio para Camp Mennoscah!
Como esto ocurrió en enero, solicitamos tareas en el interior (en contraste con el proyecto al aire libre de recoger y transportar ramas que hicimos en nuestro retiro de personal la primavera pasada).
Esta vez, uno de nuestros proyectos asignados fue mover todo (es decir, cada objeto que tocaba el piso) fuera de Buffalo Room al comedor adyacente, para dar paso a la limpieza de alfombras en Buffalo Room antes del Retiro de álbumes de recortes y otras próximas actividades.
Debo admitir que, mientras inspeccionábamos la habitación llena de sofás, estanterías, mesas plegables, montones de sillas y equipo musical (¡incluido un piano, una batería, amplificadores y una guitarra!), y no creía que lográramos lo que parecía una tarea monumental.
Pero, como de costumbre, el personal de WDC dio un paso al frente y descubrió un camino a seguir. Juntos, deliberamos sobre soluciones creativas y debatimos posibles formas de maniobrar objetos grandes y pesados. Juntos levantamos, deslizamos o rodamos muebles. Juntos desafiamos el polvo, las arañas muertas y los escombros… ¡hasta que la habitación estuvo vacía y lista para limpiar la alfombra!
Reflexionando después, observé que cada persona ofrecía dones, habilidades y destrezas diferentes pero complementarios. Experimentamos y consideramos varias perspectivas a lo largo del camino. Nos enfocamos en desafíos y objetivos comunes en lugar de permitir que nuestras diferencias o debates se interpusieran en el camino del progreso. Y sazonamos nuestro trabajo con paciencia, amabilidad, comprensión y risas. Por supuesto, al final hubo algunos dedos machucados, brazos adoloridos y ropa sucia. Pero también hubo una sensación de logro, camaradería de un propósito compartido y la alegría de apoyar el ministerio de Camp Mennoscah.
De manera similar, la iglesia (incluyendo a WDC y sus congregaciones) tiene metas ambiciosas y enfrenta grandes desafíos. Sabemos que responder al llamado de Dios y unirse a la obra de Dios no siempre es fácil y que el camino a seguir no es inmediatamente obvio. En medio de esto, que podamos trabajar juntos al reconocer nuestra misión compartida, considerar creativamente múltiples perspectivas y cuidarnos con compasión unos a otros.
Efesios 4 nos recuerda “…llevad una vida digna de la vocación a que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros en amor, esforzándoos por mantener la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como fuisteis llamados en una sola esperanza de vuestra vocación, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos y en todos. Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado la gracia conforme a la medida del don de Cristo… a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo… Hablando la verdad en amor, debemos crecer en todo en aquel que es la cabeza, en Cristo, de quien todo el cuerpo, unido y entretejido por todos los ligamentos de que está provisto, a medida que cada parte trabaja adecuadamente, promueve el crecimiento del cuerpo en la edificación en el amor. (resumen de Efesios 4)
Que así sea. Uno, dos, tres… ¡levanta!
-Heidi Regier Kreider, Ministra de la Conferencia WDC