My last article “Why Are There So Few Pastors Out There?” inspired conversation and challenge. One reader suggested that part of the solution to “finding more pastors” is to invite congregations to grow them! Pastors don’t grow on trees, but they do grow in faith and experience. They grow in faith and trust in Christ in nurturing faith communities, and when given nudges along the way, some grow in their gifts of Christian leadership, too.
That is part of my own call to ministry. When I was in junior high, I was invited to tell about why Camp Mennoscah was important to me as part of the WDC Annual Assembly. When I was done, several people affirmed me, asking if I had ever considered becoming a preacher. No, but the seed had been planted. I thought and prayed about this once in a while. When I was ready for high school, my family moved to Hillsboro, KS. We became active in First Mennonite Church, Hillsboro. They had a very active youth group. The way the Church Board was structured then, the president of the youth group, a high schooler, was automatically a member of the Church Board. Later on I became FMC Youth President. So I learned how the Church Board worked, and I got to offer my ideas for how to serve Jesus in our congregation and in the community. The adults respectfully listened to me. They didn’t always agree with me, and that was fine. I learned how to respectfully agree and disagree with other Jesus followers. The Board invited me to be their youngest WDC delegate ever. I was excited and honored to represent my congregation at Annual Assembly. The seed was growing. We also had a Youth Sunday every year and the rest of the youth begged off when it came to “preaching” that Sunday. I was youth president, so they talked me into doing it. I took it seriously, studying scripture, concordances, gospel study guides and more. That morning, when I finished, people came up to me and said I should go to seminary. To make a long story short, my gifts of ministry were affirmed there and at Bethel College, too. So I went to seminary where the Holy Spirit continued to work in me and in those around me. As I was growing in my spiritual gifts, my congregations and conference were growing a call to ministry in me, affirming how they saw and heard the Holy Spirit at work in me little by little.
It’s not hard to cultivate a call to ministry in young people, in retired people, in others in your congregation. It’s not hard, but it takes at least three things: It takes structure, consistent encouragement, and a safe place to share gifts and sometimes fail. Opportunities for leadership by budding leaders (preaching, decision-making, service, and more) must be part of your church structure. Ministers aren’t grown through sporadic “special occasions.” The MC USA Bylaws were changed to to include youth delegates in MC USA Delegate Sessions. That’s a structural change that nurtures gifts of leadership in young people. When congregations make space in their leadership structure for young people and other would-be leaders, this speaks volumes! Second, pastors-to-be must be allowed and encouraged to stretch and grow within their own faith communities. Encouragement is all about mentoring. We can’t just drop would-be ministers into a new leadership opportunity without modeling how to do it. Mentoring ministers-to-be is about training and then allowing them to try on their own and sometimes fail as they develop their gifts. Is your congregation a safe place for budding leaders to try things? A congregation who mentors growing leaders will not be a perfect place, but it will be a joyous place with people growing in faith and gifts of the Spirit!
Let’s commit to growing new ministers! What’s a small step your congregation can take right now?
-Kathy Neufeld Dunn, Associate Conference Minister (KS-Based)
¿Dónde Están Todos los Pastores? ¡Cultiva Algunos!
Mi último artículo “¿Por qué hay tan pocos pastores?” inspiró conversación y desafío. ¡Un lector sugirió que parte de la solución para “encontrar más pastores” es invitar a las congregaciones a que cultiven pastores! Los pastores no crecen en los árboles, pero crecen en fe y experiencia. Crecen en la fe y la confianza en Cristo en comunidades de fe que los fomenta, y cuando se les da empujones en el camino, algunos también crecen en sus dones de liderazgo cristiano.
Eso es parte de mi propio llamado al ministerio. Cuando estaba en la secundaria, me invitaron a contar por qué Camp Mennoscah era importante para mí como parte de la Asamblea Anual de WDC. Cuando terminé, varias personas me afirmaron y me preguntaron si alguna vez había considerado convertirme en una predicadora. No, pero la semilla había sido plantada. Pensaba y oraba sobre esto de vez en cuando. Cuando estaba lista para la escuela secundaria, mi familia se mudó a Hillsboro, KS. Empezamos a asistir a First Mennonite Church de Hillsboro e involucrarnos en la iglesia. Tenían un grupo de jóvenes muy activo. De la forma en que la Junta de la Iglesia estaba estructurada entonces, el presidente del grupo de jóvenes, un estudiante de secundaria era automáticamente miembro de la Junta de la Iglesia. Más tarde llegué a ser la Presidenta de los Jóvenes de la iglesia. Entonces aprendí cómo funcionaba la Junta de la Iglesia y pude ofrecer mis ideas sobre cómo servir a Jesús en nuestra congregación y en la comunidad. Los adultos me escucharon respetuosamente. No siempre estaban de acuerdo conmigo, y eso estaba bien. Aprendí a estar respetuosamente de acuerdo y en desacuerdo con otros seguidores de Jesús. La Junta me invitó a ser la delegada más joven de WDC que jamás había habido. Estaba emocionada y honrada de representar a mi congregación en la Asamblea Anual. La semilla estaba creciendo. También teníamos el Domingo de los Jóvenes cada año y el resto de los jóvenes se disculpaban cuando se trataba de “predicar” ese domingo. Yo era presidenta de los jóvenes, así que me convencieron para que yo lo hiciera. Lo tomé en serio, estudié las Escrituras, las concordancias, las guías de estudio del Evangelio y más. Esa mañana, cuando terminé, la gente se me acercó y me dijo que debería ir al seminario. Para acortar la historia, mis dones de ministerio fueron afirmados allí y también en Bethel College. Así que fui al seminario donde el Espíritu Santo siguió obrando en mí y en los que me rodeaban. A medida que crecía en mis dones espirituales, mis congregaciones y conferencias fomentaban en mí un llamado al ministerio, afirmando cómo veían y escuchaban al Espíritu Santo obrar en mí poco a poco.
No es difícil cultivar un llamado al ministerio en los jóvenes, en los jubilados, en otros de su congregación. No es difícil, pero se necesitan al menos tres cosas: se necesita estructura, estímulo constante y un lugar seguro para compartir dones y, a veces, fallar. Las oportunidades de liderazgo por parte de líderes nuevos-en formación (predicación, toma de decisiones, servicio y más) deben ser parte de la estructura de su iglesia. Los ministros no crecen a través de “ocasiones especiales” esporádicas. Se cambiaron los estatutos de la MC USA para incluir delegados jóvenes en las sesiones de delegados de la MC USA. Ese es un cambio estructural que nutre los dones de liderazgo en los jóvenes. Cuando las congregaciones hacen espacio en su estructura de liderazgo para los jóvenes y otros posibles líderes, ¡esto dice mucho! En segundo lugar, se debe permitir y alentar a los futuros pastores a expandirse y crecer dentro de sus propias comunidades de fe. El estímulo tiene que ver con la tutoría. No podemos dejar a los aspirantes a ministros en una nueva oportunidad de liderazgo sin modelar cómo hacerlo. La mentoría a los futuros ministros se trata de capacitarlos y luego permitirles intentarlo por sí mismos y, a veces, fallar a medida que desarrollan sus dones. ¿Es su congregación un lugar seguro para que los líderes nuevos prueben su liderazgo? ¡Una congregación que sea mentora de líderes en crecimiento no será un lugar perfecto, pero será un lugar gozoso con personas que crecen en la fe y en los dones del Espíritu!
¡Comprometámonos a cultivar nuevos ministros! ¿Cuál podría ser un pequeño paso que su congregación puede dar ahora mismo?
-Kathy Neufeld Dunn, Ministra Asociada de la Conferencia (Basada en KS)