Christmas 2005 was like no other for my husband and I. His brother had been diagnosed with ALS or Lou Gehrig’s Disease in early December. I was so grateful for online shopping. I was done with buying Christmas gifts in an hour and they would all be auto-shipped to our loved ones. Cookies and other baked goods we could do without. Everything tasted like sawdust anyway. We never even got the tree out of storage. We just didn’t have the energy to celebrate Christmas, at least not the traditions that had been layered on top of worshipping God-with-us. As a pastor, God granted me the energy to lead the congregation in the only part of Christmas that really matters anyway. We told the story of Immanuel. We were clear that on the night Jesus was born, God came to earth to be with us sad, desperate humans to offer peace, love and hope where there is none.
There will be no extra Christmas celebrations in Bethlehem this year, either. The Palestinian Christians of every persuasion are too traumatized to try to “make merry” in the midst of the overt violence in Gaza and across the region. So many of them have lost family members and friends in Gaza that they just cannot hide that under a layer of wrapping paper, tinsel, and tiny lights. So, instead of all the glitter and sparkle of a huge Christmas tree and other decorations in Manger Square, God willing, there will be worship. In Bethlehem, and around the world, Christians will celebrate again how God came to the rescue of our human race in the form of a tiny baby. May that be enough.
-Kathy Neufeld Dunn, Associate Conference Minister
Este Año no Habrá Navidad en Belén
La Navidad de 2005 fue como ninguna otra para mi marido y para mí. A su hermano le habían diagnosticado con ALS [por sus siglas en ingles] o Esclerosis Lateral Amiotrófica a principios de diciembre. Estaba muy agradecida por las compras en línea. Terminé de comprar regalos de Navidad en una hora y todos se enviarían automáticamente a nuestros seres queridos. Galletas y otros productos horneados de los que podríamos prescindir. De todos modos, nada tenía sabor. Ni siquiera sacamos el árbol del almacenamiento. Simplemente no teníamos la energía para celebrar la Navidad, al menos no las tradiciones que se habían superpuesto a la de adorar a Dios con nosotros. Como pastora, Dios me concedió la energía para guiar a la congregación en la única parte de la Navidad que realmente importa. Contamos la historia de Emmanuel. Teníamos claro que la noche en que nació Jesús, Dios vino a la tierra para estar con nosotros, humanos tristes y desesperados, para ofrecer paz, amor y esperanza donde no los hay.
Este año tampoco habrá celebraciones navideñas adicionales en Belén. Los cristianos palestinos de todas las tendencias están demasiado traumatizados para tratar de “divertirse” en medio de la violencia abierta en Gaza y en toda la región. Muchos de ellos han perdido a familiares y amigos en Gaza que simplemente no pueden ocultarlo bajo una capa de papel de regalo y lucecitas. Entonces, en lugar de todo el brillo y el brillo de un enorme árbol de Navidad y otras decoraciones en la Plaza del Pesebre, si Dios quiere, habrá adoración. En Belén y en todo el mundo, los cristianos celebrarán nuevamente cómo Dios vino al rescate de nuestra raza humana en la forma de un pequeño bebé. Que eso sea suficiente.
-Kathy Neufeld Dunn, Ministra Asociado de la Conferencia