On February 24, Russian military forces invaded Ukraine. That same morning my devotional reading included Jesus’ words in Luke 6: “Blessed are you who are poor, for yours is the kingdom of God. Blessed are you who are hungry now, for you will be filled. Blessed are you who weep now, for you will laugh……But woe to you who are rich, for you have received your consolation. Woe to you who are full now, for you will be hungry…” …Love your enemies, do good to those who hate you…”

As the morning news filled with reports of the crisis in Ukraine, my heart and mind filled with many feelings and questions.  I grieved the poverty, hunger, weeping and death that warfare causes. And I wondered: Do Jesus’ words apply only to personal relationships, or are they also relevant for national or global conflicts? How does love for enemies relate to holding perpetrators of evil accountable for the violence they cause, and protection for the victims of that violence? Where do we find ourselves when the poor are blessed, the rich are brought down, enemies are loved and the wicked are invited to be transformed by God’s mercy? What does it mean to be a follower of Jesus in a time of war?

Mennonites have interpreted Jesus’ words as a call to non-violence, care for the suffering, and speaking truth to power.  These are faithful forms of witness.  As the crisis in Ukraine deepens, I want to join with others to engage in protesting war, supporting refugees, praying for victims of violence, and advocating to our government for alternatives to military response. Helpful resources for peacemaking are available from Mennonite Church USA (https://www.mennoniteusa.org/menno-snapshots/prayer-request-for-ukraine/), Mennonite World Conference (https://mwc-cmm.org/stories/pastoral-letter-regarding-ukraine) and Mennonite Central Committee (https://mcc.org/stories/crisis-ukraine).

Even more deeply, Jesus’ words press me to examine how I participate in the very systems of violence that I grieve and protest.  In her book Resisting Structural Evil: Love as Ecological-Economic Vocation, Cynthia D. Moe-Lobeda writes, “It is a context of economic and ecological violence that shapes our moral relationships with self, neighbor around the globe, and Earth itself.” (p. xviii)  Applied to the current crisis in Ukraine, this is a reminder that warfare and military violence is almost always rooted in economic and ecological factors such as control of wealth and access to natural resources. Our lifestyle as Americans –  dependent on fossil fuels, extractive use of natural resources, unlimited consumerism and profit-driven capitalism – perpetuates poverty, ecological destruction and war around the world. As an American, I too am the “enemy,” complicit in and benefiting from structures that cause suffering for others.  

In the midst of this web of economic and ecological relationships, Jesus’ words “Blessed are the poor,” “woe to you who are rich,” and “love your enemies” are not simply moral platitudes. They are a liberating call to embrace God’s sustainable lifestyle of love and justice, rather than remain trapped by structural violence.

As we pray for the people of Ukraine, speak out for peace, and contribute money for refugees, let us also seek to understand the connections between our personal lives and the economic and ecological factors that contribute to violence, and ask: What reversals and radical changes is God calling us to participate in?  May God grant us the understanding and courage to seek the reign of God, where the hungry are fed, laughter replaces lament, and enemies are transformed by God’s powerful love and mercy.

-Heidi Regier Kreider, WDC Conference Minister


Lamento y Amor Ante la Guerra

El 24 de febrero, las fuerzas militares rusas invadieron Ucrania. Esa misma mañana mi lectura devocional incluía las palabras de Jesús en Lucas 6: “Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis… Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre…” “… Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen…”

Mientras las noticias de la mañana se llenaban de informes sobre la crisis en Ucrania, mi corazón y mi mente se llenaban de muchos sentimientos y preguntas. Me afligió la pobreza, el hambre, el llanto y la muerte que causa la guerra. Y me preguntaba: ¿Las palabras de Jesús se aplican solo a las relaciones personales, o también son relevantes para los conflictos nacionales o globales? ¿Cómo se relaciona el amor por los enemigos con responsabilizar a los perpetradores del mal por la violencia que causan y la protección de las víctimas de esa violencia? ¿Dónde nos encontramos cuando los pobres son bendecidos, los ricos son abatidos, los enemigos son amados y los malvados son invitados a ser transformados por la misericordia de Dios? ¿Qué significa ser un seguidor de Jesús en tiempos de guerra?

Los menonitas han interpretado las palabras de Jesús como un llamado a la no violencia, el cuidado de los que sufren y decir la verdad al poder. Estas son formas fieles de testimonio. A medida que se profundiza la crisis en Ucrania, quiero unirme a otros para participar en protestas contra la guerra, apoyar a los refugiados, orar por las víctimas de la violencia y abogar ante nuestro gobierno por alternativas a la respuesta militar. Los recursos útiles para el establecimiento de la paz están disponibles en la Iglesia Menonita USA (https://www.mennoniteusa.org/menno-snapshots/prayer-request-for-ukraine/), Congreso Mundial Menonita (Mennonite World Conference) (https://mwc-cmm.org/stories/pastoral-letter-regarding-ukraine) y Comite Central Menonita (Mennonite Central Committee)  (https://mcc.org/stories/crisis-ukraine).

Aún más profundamente, las palabras de Jesús me presionan a examinar cómo participo en los mismos sistemas de violencia que lamento y protesto. En su libro Resistiendo el Mal Estructural: El Amor como Vocación Ecológico-Económica [Resisting Structural Evil: Love as Ecological-Economic Vocation], Cynthia D. Moe-Lobeda escribe: “Es un contexto de violencia económica y ecológica lo que da forma a nuestras relaciones morales con uno mismo, el prójimo en todo el mundo y la Tierra misma”. (p. xviii) Aplicado a la crisis actual en Ucrania, esto es un recordatorio de que la guerra y la violencia militar casi siempre tienen sus raíces en factores económicos y ecológicos, como el control de la riqueza y el acceso a los recursos naturales. Nuestro estilo de vida como estadounidenses, que depende de los combustibles fósiles, el uso extractivo de los recursos naturales, el consumismo ilimitado y el capitalismo impulsado por las ganancias, perpetúa la pobreza, la destrucción ecológica y la guerra en todo el mundo. Como estadounidense, yo también soy el “enemigo”, cómplice y me beneficio de las estructuras que causan sufrimiento a los demás.

En medio de esta red de relaciones económicas y ecológicas, las palabras de Jesús “Bienaventurados los pobres”, “Ay de vosotros los ricos” y “Amad a vuestros enemigos” no son simples perogrulladas morales. Son un llamado liberador para abrazar el estilo de vida sostenible de amor y justicia de Dios, en lugar de permanecer atrapados por la violencia estructural.

Mientras oramos por el pueblo de Ucrania, nos pronunciamos por la paz y contribuimos con dinero para los refugiados, busquemos también comprender las conexiones entre nuestras vidas personales y los factores económicos y ecológicos que contribuyen a la violencia, y preguntemos: ¿A qué reversiones y cambios radicales nos está llamando Dios a participar? Que Dios nos conceda el entendimiento y el valor para buscar el reino de Dios, donde los hambrientos son alimentados, la risa reemplaza al lamento y los enemigos son transformados por el poderoso amor y la misericordia de Dios.

-Heidi Regier Kreider, Ministra de conferencias WDC