*Pictured: Monte Horeb church in Dallas, TX

Este es un tema maravilloso y desafiante principalmente para la iglesia anabautista menonita “hispana” en Western Disctrict Conference (WDC) y para nosotros en el ministerio Pastoral de Transición. Este ministerio nos ha dado la oportunidad de descubrir aspectos importantes en el caminar de las comunidades de fe llamadas hispanas en los Estados de Texas y Kansas.

Las iglesias que hablan el español no son de una sola cultura, no, debido a que muchos de sus miembros son de diferentes países de Latinoamérica con diferentes culturas, lenguaje y experiencias de Dios. Por lo que es importante apuntar que no se puede meter a todos en un mismo paquete. Hemos encontrado que la comunidad de fe es un espacio importante que unifica sus espiritualidades y les da certeza en su caminar cristiano en otro contexto. Así, las iglesias hispanas tienen para ser fieles en el servicio y en el seguimiento a Jesús. En la comunidad de fe se vive el encuentro que se convierte en la oportunidad de acoger, abrazar, ser familia, dar calor que les es necesario después  haber  salido de su país y hogar para llegar a otro espacio diferente y pueda brindar un horizonte por donde se deben dirigir y aprender aquello que les impulse en la misión de poder proyectar al amor y el Espíritu de Jesús.

Acciones que vamos realizando en nuestro caminar con las iglesias hispanas de WDC:

1. Reconocemos la diversidad es don de Dios. Un don que nos permite compartir las diferentes experiencias y aprendizajes que promueven nuevas formas de entender el llamado de Dios en comunidad. Esta pluralidad, por lo tanto, no es obstáculo sino la riqueza que refleja la multiforme gracia de Dios.

2. Afirmamos que la identidad no se impone, se dialoga y se discierne. Cada iglesia hispana está llamada a construir su identidad en diálogo, escuchando las diversas experiencias de fe buscando un horizonte común en el seguimiento a Jesús.

3. Confesamos que la identidad anabautista/menonita es luz en nuestro caminar. Jesús como el centro de la fe, el discipulado radical, la vida comunitaria y la ética de paz y no violencia nos ofrecen certeza y dirección en medio de la diversidad cultural.

4. Celebramos la hermenéutica comunitaria. Creemos que la Palabra de Dios se interpreta mejor en comunidad, integrando las voces y experiencias diversas que enriquecen nuestra fe.

5. Nos interesa ser iglesias abiertas a todos y todas. Los niños, jóvenes, adultos y ancianos, de todas las culturas y trasfondos, son parte plena del cuerpo de Cristo. La identidad anabautista nos impulsa a vivir la hospitalidad, el amor, la paz y la justicia.

6. Aceptamos que la diversidad fortalece la misión. Al reconocer nuestras diferencias y caminar juntos en la identidad anabautista, damos testimonio del evangelio de paz y servicio en un mundo fragmentado y polarizado.

¡Dios es el Señor de la mies!

-Por Fernando Pérez Ventura, Ministerio de Pastoral en Transición de WDC

Diversity in Identity

This is a wonderful and challenging topic, primarily for the “Hispanic” Anabaptist Mennonite church in the Western District Conference (WDC) and for us in transitional pastoral ministry. This ministry has given us the opportunity to discover important aspects in the journey of the so-called Hispanic faith communities in the states of Texas and Kansas.

Spanish-speaking churches are not from a single culture, no, because many of their members come from different Latin American countries with different cultures, languages, and experiences of God. That’s why it’s important to note that you can’t put everyone in the same package. We have seen that the community of faith is an important space that unites their spiritualities and gives them certainty in their Christian journey in another context. Therefore, Hispanic churches must be faithful in serving and following Jesus. In the community of faith there is an encounter that becomes the opportunity to welcome, embrace, be family, give them the necessary warmth after having left their country and their home to arrive in a different space, and can provide a horizon through which they must lead and learn what drives
them in the mission of being able to project the love and the Spirit of Jesus.

Actions we are carrying out in our walk with WDC’s Hispanic Churches:

  1. We recognize diversity as a gift from God. A gift that allows us to share the different experiences and learnings that promote new ways of understanding God’s call in community. This plurality, therefore, is not an obstacle, but the richness that reflects the manifold grace of God.
  2. We affirm that identity is not imposed, but rather dialogued and discerned. Every Hispanic church is called to build its identity in dialogue, listening to the diverse experiences of faith that seek a common horizon to follow Jesus.
  3. We confess that the Anabaptist/Mennonite identity is light on our path. Jesus, as the center of faith, radical discipleship, community life, and the ethic of peace and nonviolence, offers us certainty and direction amid cultural diversity.
  4. We celebrate community hermeneutics. We believe that God’s Word is best interpreted in community, integrating the diverse voices and experiences that enrich our faith.
  5. We are interested in being churches open to all. Children, youth, adults and the elderly, of all cultures and backgrounds, are a full part of the body of Christ. Anabaptist identity impels us to live hospitality, love, peace and justice.
  6. We accept that diversity strengthens mission. By recognizing our differences and walking together in Anabaptist identity, we bear witness to the gospel of peace and service in a fragmented and polarized world.

¡God is the Lord of the harvest!

–By Fernando Pérez Ventura, WDC Ministry of Pastoral Care in Transition