Old and New Wine and Wineskins

By Kathy Neufeld Dunn

May 19, 2020

Matthew 9.16-17:  16 No one sews a piece of unshrunk cloth on an old cloak, for the patch pulls away from the cloak, and a worse tear is made. 17 Neither is new wine put into old wineskins; otherwise, the skins burst, and the wine is spilled, and the skins are destroyed; but new wine is put into fresh wineskins, and so both are preserved.”

This seems like a good parable to consider in this day and time.  What is the “new wine” that God is calling us to put into new wineskins?  Maybe another way to ask this question is, “What is God trying to teach us right now?”

Sometimes we think that the new wine and old wine skins were a way for Jesus to refer to out-moded religious structures.  Maybe.  But, what if when Jesus was talking about wineskins, he was talking about those who are more or less willing to be taught?   Are we willing to be stretched, and how far, by God’s word?

In this complicated time, what are the lessons that God has been trying to teach us about what to grab hold of, what to gently hold onto, and what to let go of?  What are God’s lessons for you and your congregation about how to show compassion and service?  About how to share the good news with others?  About how to continue to shape disciples of all ages?  About how to worship?  About how to be followers of Jesus in this time and place?  What are the crucial pieces of faith in action today?

I don’t claim to have all the answers.  What I do hope is that we don’t waste this opportunity that God has given us.  What can we learn from the past couple of months about who God is and who we are being called to be?  I encourage you to ask these difficult questions about identity and faith practice.  Ask them in your small groups, among your congregational leadership, or as a whole church.

If we don’t even discuss the questions, I fear that we will attempt to pour new wine into old wineskins in the days ahead.  If we do take them seriously, we may be stretched.  Some of us may be willing to be stretched more than others and that’s okay.  It doesn’t always feel comfortable to be stretched, but it may lead to some unexpected gifts that we will have to offer for the sake of the kingdom of God.

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Viejos y nuevos vinos y pieles de vino

By Kathy Neufeld Dunn

May 19, 2020

Mateo 9.16-17:  16 Nadie remienda un vestido viejo con un paño de tela nueva, porque la tela nueva estira la tela vieja, y la rotura se hace peor. 17 Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres, y entonces el vino se derrama y los odres se echan a perder. Más bien, el vino nuevo debe echarse en odres nuevos, y tanto lo uno como lo otro se conserva juntamente.

Esto parece una buena parábola para considerar en este día y hora. ¿Cuál es el “vino nuevo” que Dios nos llama a poner en odres nuevos? Quizás otra forma de hacer esta pregunta es: “¿Qué está tratando de enseñarnos Dios ahora?”

A veces pensamos que el vino nuevo y los odres viejos eran una forma de que Jesús se refiriera a estructuras religiosas anticuadas. Tal vez. Pero, ¿qué si cuando Jesús hablaba de odres, hablaba de aquellos que están más o menos dispuestos a ser enseñados? ¿Estamos dispuestos a estar estirados, y hasta dónde, por la palabra de Dios?

En este tiempo complicado, ¿cuáles son las lecciones que Dios ha estado tratando de enseñarnos sobre qué guardar, a qué guardamos ligeramente y a qué dejar ir? ¿Cuáles son las lecciones de Dios para usted y su congregación sobre cómo mostrar compasión y servicio? ¿Sobre cómo compartir las buenas noticias con otros? ¿Sobre cómo seguir formando discípulos de todas las edades? ¿Sobre cómo adorar? ¿Sobre cómo ser seguidores de Jesús en este tiempo y lugar? ¿Cuáles son las piezas cruciales de fe en acción hoy?

No pretendo tener todas las respuestas. Lo que sí espero es que no desperdiciemos esta oportunidad que Dios nos ha dado. ¿Qué podemos aprender de los últimos meses sobre quién es Dios y lo que nos estamos llamando a ser? Los animo a que hagan estas preguntas difíciles sobre la identidad y la práctica de la fe. Pregúntense en sus grupos pequeños, entre su liderazgo congregacional o como una iglesia entera.

Si ni siquiera discutimos estas preguntas, me temo que intentemos a poner vino nuevo en odres viejos en los próximos días. Si las tomamos en serio, podríamos estirarnos. Algunos de nosotros podemos estar dispuestos a estirarnos más que otros y eso está bien. No siempre se siente cómodo estar estirado, pero puede dar lugar a algunos regalos y dones inesperados que tendremos que ofrecer por el bien del reino de Dios.